sábado, 12 de noviembre de 2016

Misión ExoMars 2016: el módulo Schiaparelli se estrelló en Marte.



Hace algunas semanas hablamos de la sonda espacial Gaia y los éxitos del programa espacial europeo, pero también es verdad que todo éxito se construye sobre una senda de errores, fracasos y aprendizaje continuo. Pues bien, un botón de muestra de aquello es lo sucedido con el módulo de descenso Schiaparelli, en el contexto de la misión ExoMars 2016, cuya operación de descenso sobre Marte fue un fracaso y acabó estrellándose sobre el planeta rojo.



El módulo de descenso Schiaparelli y sus instrumentos científicos (ESA).







Vamos desde el principio. El lunes 14 de Marzo de 2016 la Agencia Espacial Europea (ESA), en alianza con Roscosmos (agencia del espacio de Rusia), lanzaron al espacio la sonda ExoMars 2016 mediante un cohete ruso Protón desde el cosmódromo de Baikonur, en Kasajstán. ExoMars es una sonda con dos componentes: el orbitador TGO (Trace Gas Orbiter) y el módulo de descenso EDM (Entry, Descent and Landing Demonstrator Module) bautizado como Schiaparelli.

La sonda ExoMars tiene una masa total de 4332 kg, con el orbitador TGO pesando 3732 kg y el módulo de aterrizaje con 600 kg. Tiene un diámetro de 17 metros y una altura de 3,5 metros. El orbitador TGO fue construido por Thales Alenia Space Francia, mientras que el módulo Schiaparelli es obra de Thales Alenia Space Italia. La misión principal de ExoMars (Exobiology on Mars) es analizar las trazas de metano detectadas por el rover Curiosity en la atmósfera marciana y dilucidar si este metano tiene un origen geológico o si es de origen biológico, en cuyo caso estaríamos ante una prueba indirecta de la existencia de vida en Marte.

El orbitador TGO fue diseñado para insertarse en órbita de Marte y desplegar su instrumental científico, mientras que Schiaparelli fue construido como un demostrador de tecnología. Su propósito era aterrizar en Marte y comprobar la fiabilidad de los sistemas desarrollados por los europeos, todo esto de cara a la misión ExoMars 2020 (también en alianza con Roscosmos, donde los rusos aportarán la sonda de aterrizaje), que tendrá la honrosa misión de depositar sobre Marte el primer rover europeo. También contaba con una serie de instrumentos para realizar investigaciones sobre el comportamiento de la atmósfera marciana, aunque su tiempo operacional estaba limitado a unos cuantos días.



Representación artística del orbitador TGO insertándose en la órbita de Marte(ESA).


Pues bien, tanto el despegue como el viaje de la sonda se desarrollaron sin inconvenientes. El 16 de Octubre ExoMars estaba a punto de llegar a su destino y ese día se produjo la separación del módulo Schiaparelli del orbitador TGO. A partir de ese punto seguirían caminos distintos: TGO se dispuso a entrar en órbita de Marte y Schiaparelli se encaminó hasta su punto programado de aterrizaje: Meridiani Planum, una zona del planeta rojo muy plana y a escasos 50 kilómetros del lugar donde el rover Opportunity de la NASA desarrolla su labor investigativa.

Schiaparelli debía aterrizar con auxilio de un paracaídas de 12 metros de diámetro que frenaría la enorme velocidad del módulo. Además, ya cerca de la superficie se activarían 9 propulsores de hidracina que reducirían la velocidad de descenso a unos 2 km/h, llegado a este punto, Schiaparelli se dejaría caer suavemente sobre la superficie marciana.



La zona de aterrizaje de Schiaparelli, en Meridiani Planum (ESA).




Maniobra de descenso de Schiaparelli tal como estaba planificada (ESA/ATG Medialab)



La maniobra de descenso de Schiaparelli. Los propulsores de hidracina solo funcionaron tres segundos en lugar de los 30 estipulados.


El 19 de Octubre Schiaparelli ejecutó su maniobra de descenso sobre Marte, pero 50 segundos antes del momento del aterrizaje se perdió todo contacto con el módulo. Se hicieron esfuerzos para restablecer el contacto pero todo fue en vano. Se temió lo peor: que algo hubiese salido mal durante la maniobra y que el módulo se hubiese estrellado contra el planeta rojo. Los temores se vieron confirmados cuando la sonda MRO (Mars Reconnaissance Orbiter) de NASA sobrevoló la zona y tomó fotografías con su cámara CTX, detectando un nuevo cráter de 15x40 metros: la zona de impacto del módulo, y unos metros más allá el paracaídas de la sonda, de doce metros de diámetro, todavía unido al escudo térmico trasero (backshell).



Lugar del impacto de Schiaparelli a color.


¿Qué ocasionó el accidente de Schiaparelli?

Afortunadamente tenemos los datos enviados por telemetría por el orbitador TGO. Se descubrió que la sonda se separó del paracaídas antes de tiempo, y que los nueve motores de hidracina solo se encendieron durante tres segundos en lugar de los 30 segundos programados. El funcionamiento adecuado de estos propulsores era esencial para depositar al módulo con suavidad sobre el suelo marciano, pero la falla combinada de paracaídas y propulsores provocó que Schiaparelli sufriese una brutal caída de varios kilómetros de altura sobre Marte, con los resultados que ya se pueden imaginar.



El paracaídas de frenado se soltó antes de lo programado (ESA).


Hasta el momento los análisis del incidente apuntarían a una falla en el software más que en el hardware de la nave, y es que, como dice el conocido refrán "el diablo está en los detalles". Por supuesto, la razón del fallo es una suposición que deberá ser corroborada por una investigación más acuciosa. Los representantes de la misión salieron rápidamente a dar una conferencia de prensa donde destacaron que, pese a todo, el orbitador TGO había sido un total éxito pues se había insertado sin contratiempos en órbita de Marte. También recordaron que Schiaparelli era un demostrador tecnológico, que incluso de este accidente se podían extraer lecciones valiosas de cara a futuras misiones: desde su punto de vista era mejor sufrir el percance con Schiaparelli y aprender la lección correcta a sufrir un traspié con ExoMars 2020, sonda más ambiciosa y onerosa.


Por supuesto, una misión de exploración espacial no es como salir a dar un paseo por el parque. Se trata de proyectos sumamente complejos donde nunca se puede cantar victoria antes de tiempo y los factores de riesgo jamás se pueden reducir a cero. Esto es algo que rusos y estadounidenses saben a la perfección. No obstante, la situación de los encargados del programa es delicada: próximamente se realizará la cumbre de ministros de la unión europea, donde se discutiran nuevas partidas presupuestarias para la misión ExoMars 2020. Como podrán comprender, no será fácil para los encargados de la misión solicitar fondos cuando su demostrador tecnológico se estrelló desastrosamente sobre Marte. Es algo que se produce en todos los campos. Si estás solicitando recursos para un proyecto militar o un programa social debes demostrar que el proyecto va bien encaminado, sino, corres el riesgo que te restringan los fondos o que incluso te lo cancelen de frentón.

Veremos como evolucionan los acontecimientos. En próximas entradas analizaremos como progresa la misión del orbitador TGO (la parte exitosa de la misión), y sabremos si ESA puede dilucidar las verdaderas razones del traspié de Schiaparelli.



Conferencia de prensa, comunicando el fracaso del módulo Schiaparelli.



1 comentario:

  1. Que buena entrada Franco! Si bien pareciera que fue un fracaso, yo no lo veo de esa manera. El hecho de llegar a marte aunque sea de porrazo ya es un hecho y claro está que ya tienen suficiente información como para que la próxima vez no se estrelle. Esperemos que pasa para el 2020! Saludos!!

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