lunes, 10 de octubre de 2016

La sonda espacial Juno y sus andanzas por Júpiter.


La sonda espacial Juno de la NASA arribó a la órbita del planeta Júpiter el 4 de Julio de 2016, una hazaña que nos permitirá aumentar considerablemente nuestros conocimientos sobre el planeta más masivo del sistema solar.

Juno despegó del Centro Espacial Kennedy el 05 de Agosto de 2011, abordo de un cohete Atlas V 551, iniciando un largo viaje de 5 años hasta su destino. En Agosto de 2013 orbitó la Tierra a unos 500 kilómetros de distancia, ejecutando una maniobra de asistencia gravitatoria que le permitió usar la gravedad terrestre para impulsarse a mayor velocidad, como si de una honda se tratase.


5 de Agosto de 2011, Juno inicia su largo viaje hasta Júpiter, pero antes se aproximó a unos 560 kilómetros de la Tierra, usando la gravedad de nuestro planeta para impulsarse hasta su destino (Wikipedia).

El objetivo de Juno es estudiar la conformación interior de Júpiter y su inmensa magnetósfera, que es -tras la heliosfera- la estructura más grande del sistema solar. El quinto planeta nos esconde tercamente sus secretos, velados tras su gruesa capa de nubes. Desconocemos datos básicos sobre Júpiter: no sabemos a ciencia cierta si tiene un núcleo sólido análogo a los planetas interiores del sistema solar, y, en caso de tenerlo, cual sería su composición, tampoco sabemos como se origina su campo magnético, aunque la teoría más aceptada es que se crea gracias a movimientos de convección de su manto de hidrógeno metálico (que en realidad es líquido), también hay dudas sobre el proceso de formación de Júpiter y su ubicación original dentro del sistema solar, pues hay teorías que sostienen que el gigante se originó mucho más lejos del Sol que su posición actual, pero que paulatinamente se fue acercando, causando a su paso una serie de trastornos y modificaciones de importancia.

La estructura interna de Júpiter, según las teorías más aceptadas (Wikipedia).


Juno realizó una exitosa maniobra de frenado para reducir su velocidad y permitir que la gravedad de Júpiter la capture. Fue insertada en una órbita polar sobre Júpiter, a diferencia de la sonda espacial Galileo, que mantuvo una órbita ecuatorial. La excentricidad de esta órbita es bastante elevada, oscilando entre 5000 kilómetros durante el periapsis y 3,5 millones de kilómetros en su apoapsis con un período de 14 días. Esta configuración se adoptó para evadir los intensos anillos de radiación del planeta, suficientemente potentes para destruir los delicados equipos electrónicos de la nave a menos que se los blinde adecuadamente, al mismo tiempo, las fases en que se encuentre lejos de Júpiter los dedicará a transmitir información hacia la Tierra.



Las órbitas de Juno en torno a Júpiter (NASA).



Video sobre la inserción orbital de Juno

Cumplirá un total de 37 órbitas alrededor de Júpiter hasta el 20 de febrero de 2018. Tras esa fecha, NASA decidirá que pasos seguir: extender la vida de la sonda o estrellarla sobre Júpiter, esto último para evitar que, por accidente, la sonda pueda contaminar las impolutas lunas de Júpiter, donde existe alguna posibilidad de encontrar vida.

Una novedad en el caso de Juno es que es la primera sonda equipada con paneles solares en lugar de pilas atómicas para generar energía a tal distancia del Sol. La nave cuenta con tres paneles solares que integran un total de 18698 células individuales, sumando 60 metros cuadrados, e implica que deberá mantener estos paneles constantemente orientados hacia el Sol y que no podrá cruzar en ningún momento por la sombra de Júpiter. 


Uno de los paneles solares de Juno (Wikipedia)


Por supuesto, la adecuada protección de los instrumentos y la aviónica es primordial, pues el entorno de Júpiter es sumamente hostil y una sonda de exploración será tan útil como lo sea la operatividad del instrumental científico que transporta. En el caso de Juno, son esenciales sus magnetómetros, radiómetros y espectrómetros, instrumentos que han sido especialmente protegidos para evitar que los agresivos cinturones de radiación de Júpiter los fundan.


Ubicación del instrumental de Juno (NASA).



Instrumentos científicos de Juno. Todo está protegido contra la intensa radiación de Jupiter, capaz de matar a un ser humano en minutos (NASA).

La cámara de luz visible que transporta Juno -la JunoCam- no es especialmente sofisticada y no podrá entregar fotografías muy nítidas. Esta misión dio prioridad absoluta a los propósitos que hemos mencionado al comienzo de esta entrada, entre los cuales no está la captura de imágenes en luz visible. De hecho, la NASA solo integró la cámara por motivos publicitarios, de relaciones públicas diríamos, como una forma acercar la exploración del sistema solar al público general y contribuir a justificar los millonarios presupuestos (la misión tuvo un costo de 1.100 millones de dólares) que este tipo de misiones demandan. Para proteger la JunoCam de las intensas radiaciones de Júpiter fue necesario empotrarla dentro de una cámara blindada que pesa unos 80 kilos, de todas formas, no se espera que la cámara sobreviva más allá de la octava órbita de Juno, y si lo hace, las imágenes irán siendo progresivamente menos nítidas.

Pues bien, el pasado 27 de Agosto Juno cumplió con éxito el primer sobrevuelo orbital sobre Júpiter. Durante el perijovio Juno pasó apenas a 4.200 kilómetros de la densa capa de nubes del gigante gaseoso. Empezó a captar las primeras imágenes del polo norte gracias a su JunoCam. Las imágenes no son tan espectaculares como las que Cassini nos entrega del planeta Saturno, pero aún así tienen un grado de solemnidad, por mostrarnos facetas de Júpiter que no habíamos visto desde la visita de las sondas Pioneer.

La NASA habilitó un sitio web donde podrán verse las imágenes que JunoCam comience a enviar, sin embargo, habrá que tener algo de paciencia, pues las primeras imágenes empezarán a llegar el mes de noviembre.

No habrá resultados inmediatos sobre la misión. Evidentemente los instrumentos de Juno aportarán un rico caudal de datos sobre la naturaleza de Júpiter, pero esta ingente masa de información deberá ser analizada antes de emitir un veredicto definitivo, proceso que podría tardar años, pero ya estamos en el camino correcto, Juno no ha sufrido ningún contratiempo importante y se espera que cumpla su cometido sin sobresaltos.



El polo norte de Júpiter, captado por Juno desde una distancia de 700.000 kilómetros, durante su primer sobrevuelo orbital (NASA). 

Juno no lleva tripulantes humanos, pero no está sola en aquellos apartados rincones: lleva abordo unas figuras de la marca LEGO, que representan a Júpiter (rayo en mano), su esposa Juno (con la lupa) y Galileo Galilei, el insigne italiano que observó por primera vez sus cuatro satélites principales (telescopio y Júpiter en mano). Además se le añadió una placa que reproduce el texto que Galileo consignó en su bitácora al momento del descubrimiento. Se trata de pequeños detalles que buscan dar una pincelada emotiva a estas misiones, tan cargadas de exigencias y precisiones técnicas. Ya se hizo con la sonda Voyager 1 y su mensaje para otras civilizaciones, sin olvidar a la sonda New Horizons, que transporta las cenizas del astrónomo William Tombaugh, descubridor de Plutón.




La heroica tripulación de la sonda Juno



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