martes, 19 de diciembre de 2017

La Unión Astronómica Internacional aprueba 86 nuevos nombres para estrellas.


La Unión Astronómica Internacional (UAI) continúa con su cruzada para aprobar nombres propios para las estrellas más brillantes del firmamento. La intención es que estos nuevos nombres provengan de culturas esparcidas por todo el globo, distintas a las tradicionales en el campo astronómico.

Como ya saben, la mayoría de los nombres propios de las estrellas más brillantes (Betelgeuse, Antares, Rigel, Aldebarán, Tolimán, Sirio, Canopus, Castor, Póllux, largo etc.) provienen de tradiciones griegas, latinas y árabes. Estos nombres fueron heredados y utilizados por la astronomía moderna. El detalle es que todas las culturas del globo han contado con observadores dispuestos a escudriñar el misterioso cielo nocturno. En muchos casos, también bautizaron estrellas con sus términos propios, pero estos nombres no se han traspasado a la astronomía moderna.

Logo de la iniciativa (IAU).


Lo que se ha hecho es buscar una solución de compromiso. Está claro que seguiremos utilizando los nombres tradicionales para las estrellas más brillantes (Rigel, Antares, etc.) … pero en el cielo lo que sobran son estrellas, y la UAI decidió que otros astros podrían ser bautizados con nombres de culturas distintas a las clásicas. La iniciativa es formal y el catálogo estelar aprobado por la UAI. El objetivo es simbólico y pretende sellar a la astronomía como una iniciativa de exploración que requiere esfuerzos y alianzas internacionales. Si el firmamento cubre a todos los seres humanos, entonces que todas las culturas humanas estén representadas en él.

El WGSN (Working Group Star Names) de la UAI aprobó nuevos nombres para 86 estrellas. Los nombres provienen de culturas tan distintas y tan repartidas por el globo como la china, hindú, copta, maya, polinesia y los pueblos aborígenes australianos. El trabajo implica rastrear en las distintas tradiciones y precisar aspectos como la ortografía y pronunciación de los nombres candidatos. Este punto es importante, porque en algunos casos tenemos nombres de estrellas con hasta doce versiones distintas (al más puro estilo de las variantes textuales de los manuscritos del nuevo testamento). Este lote de 86 nombres se añade a los 227 ya sancionados oficialmente por la UAI. Ahora tenemos 313 estrellas con hermosos nombres propios.

Es muy importante destacar que estos nuevos nombres NO anulan las designaciones científicas que las estrellas ya tenían. Por ejemplo, en el caso de Bharani, tanto puedes usar Bharani como 41 Arietis (o si prefieres HD 17573), esto queda a gusto del consumidor.

Algunos ejemplos destacados en la nota de la UAI: 

De las tradiciones hindúes tenemos a Revati y Bharani, los nuevos nombres para Zeta Piscium y 41 Arietis respectivamente. Bharani es el nombre de la diosa de la buena fortuna en la religión hindú.

Desde Tahíti tenemos a Pipirima, el nuevo nombre de Mu2 Scorpii, componente de una brillante estrella binaria en la constelación del Escorpión. 

Desde Africa del Sur tenemos a Xamidimura (“ojos del león"), nuevo nombre de Mu1 Scorpii.

Alsephina ("el barco") es el nuevo nombre de origen árabe para la estrella binaria Delta Velorum (HD 74956, HR 3485). Con una magnitud conjunta de 5.5 es la estrella más brillante de las que toman nombres en esta pasada.

A 5,8 años luz de distancia se encuentra una estrella enana roja descubierta por el astrónomo Edward Barnard en 1916. Desde entonces le hemos llamado Estrella de Barnard (HIP 87937), si bien la designación no era oficial. Pues bien, ahora la UAI sancionó el nombre en homenaje al descubridor.

La nota en la página oficial dela UAI. De pasada revisen el listado de los 313 nombres aprobados hasta ahora. No creo que obtengan ideas para bautizar un hijo... Pero tal vez para una mascotita.

En este blog ya habíamos tratado iniciativas similares AQUÍ.

Los catálogos más modernos incluyen millones de astros y es materialmente imposible asignarles un nombre propio a cada uno. La solución es entregar una designación numérica que señala el nombre del catálogo más las coordenadas de la estrella. La iniciativa de la UAI aporta un valioso componente arqueoastronómico, pero por supuesto, las designaciones alfanuméricas no tienen reemplazo viable por ahora.


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