La Unión Astronómica
Internacional (UAI) continúa con su cruzada para aprobar nombres propios para
las estrellas más brillantes del firmamento. La intención es que estos nuevos
nombres provengan de culturas esparcidas por todo el globo, distintas a las
tradicionales en el campo astronómico.
Como ya saben, la mayoría de los
nombres propios de las estrellas más brillantes (Betelgeuse, Antares, Rigel, Aldebarán, Tolimán,
Sirio, Canopus, Castor, Póllux, largo etc.) provienen de tradiciones griegas,
latinas y árabes. Estos nombres fueron heredados y utilizados por la astronomía
moderna. El detalle es que todas las culturas del globo han contado con
observadores dispuestos a escudriñar el misterioso cielo nocturno. En muchos
casos, también bautizaron estrellas con sus términos propios, pero estos
nombres no se han traspasado a la astronomía moderna.
Logo de la iniciativa (IAU). |
Lo que se ha hecho es buscar una
solución de compromiso. Está claro que seguiremos utilizando los nombres
tradicionales para las estrellas más brillantes (Rigel, Antares, etc.) … pero
en el cielo lo que sobran son estrellas, y la UAI decidió que otros astros
podrían ser bautizados con nombres de culturas distintas a las clásicas. La
iniciativa es formal y el catálogo estelar aprobado por la UAI. El
objetivo es simbólico y pretende sellar a la astronomía como una iniciativa de
exploración que requiere esfuerzos y alianzas internacionales. Si el firmamento
cubre a todos los seres humanos, entonces que todas las culturas humanas estén
representadas en él.
El WGSN (Working Group Star
Names) de la UAI aprobó nuevos nombres para 86 estrellas. Los nombres provienen
de culturas tan distintas y tan repartidas por el globo como la china, hindú,
copta, maya, polinesia y los pueblos aborígenes australianos. El trabajo
implica rastrear en las distintas tradiciones y precisar aspectos
como la ortografía y pronunciación de los nombres candidatos. Este punto es importante, porque en algunos casos tenemos nombres de estrellas con hasta doce versiones distintas (al más puro estilo de las variantes textuales de los manuscritos del nuevo testamento). Este lote de 86 nombres se
añade a los 227 ya sancionados oficialmente por la UAI. Ahora tenemos 313
estrellas con hermosos nombres propios.
Es muy importante destacar que
estos nuevos nombres NO anulan las designaciones científicas que las estrellas
ya tenían. Por ejemplo, en el caso de Bharani, tanto puedes usar Bharani como
41 Arietis (o si prefieres HD 17573), esto queda a gusto del consumidor.
Algunos ejemplos destacados en la nota de la UAI:
De las
tradiciones hindúes tenemos a Revati y Bharani, los nuevos nombres para Zeta
Piscium y 41 Arietis respectivamente. Bharani es el nombre de la diosa de la
buena fortuna en la religión hindú.
Desde Tahíti tenemos a Pipirima,
el nuevo nombre de Mu2 Scorpii, componente de una brillante estrella binaria en la
constelación del Escorpión.
Desde Africa del Sur tenemos a
Xamidimura (“ojos del león"), nuevo nombre de Mu1 Scorpii.
Alsephina ("el barco") es el nuevo
nombre de origen árabe para la estrella binaria Delta Velorum (HD 74956, HR
3485). Con una magnitud conjunta de 5.5 es la estrella más brillante de las que
toman nombres en esta pasada.
A 5,8 años luz de distancia se
encuentra una estrella enana roja descubierta por el astrónomo Edward Barnard
en 1916. Desde entonces le hemos llamado Estrella de Barnard (HIP 87937), si
bien la designación no era oficial. Pues bien, ahora la UAI sancionó el
nombre en homenaje al descubridor.
La nota en la página oficial dela UAI. De pasada revisen el listado de los 313 nombres aprobados hasta ahora. No creo que obtengan ideas para
bautizar un hijo... Pero tal vez para una mascotita.
En este blog ya habíamos tratado
iniciativas similares AQUÍ.
Los catálogos más modernos incluyen millones de astros y es materialmente imposible asignarles un nombre propio a cada uno. La solución es entregar una designación numérica que señala el nombre del catálogo más las coordenadas de la estrella. La iniciativa de la UAI aporta un valioso componente arqueoastronómico, pero por supuesto, las designaciones alfanuméricas no tienen reemplazo viable por ahora.
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