domingo, 19 de febrero de 2017

56 años de la sonda Venera 1, primer intento de alcanzar el planeta Venus.


Hace unos días -el 12 de febrero para ser más exactos- se cumplieron 56 años desde que la sonda soviética Venera 1 despegó con destino a Venus. La misión se saldó con un fracaso, pero representó un hito en la exploración del espacio: era la primera vez que un artefacto humano partía con rumbo a otro planeta.

A mediados del siglo XX el planeta Venus seguía siendo toda una incógnita. La humanidad le conoció desde siempre, pero sus características eran esencialmente desconocidas. Galileo reconoció sus fases, pero al telescopio el disco del planeta parecía liso, de un color verde que no mostraba características notables. Se pensaba que la enorme capa de nubes que cubría el planeta lo protegía de la intensa radiación del Sol, por ende, Venus debía ser un mundo propicio para el desarrollo de la vida. El químico sueco Svante Arrhenius (nobel de química en 1903) sostenía que Venus era un planeta húmedo, que podía encontrarse en un período similar al Carbonífero, vivido por la Tierra hace 300 millones de años, y que sobre su superficie pululaban formas de vida similares a los reptiles. Esta hipótesis parecía sumamente razonable, Otros sostenían que Venus era un mundo cubierto por un enorme océano, donde primigenias formas de vida daban los primeros pasos en su camino evolutivo.

El planeta Venus captado por la sonda Mariner 10. Es increíble lo poco que sabíamos del planeta hasta mediados del siglo pasado (NASA).


Las primeras dudas surgieron cuando los astrónomos estadounidense Adams y Dunham analizaron espectroscopicamente las nubes de Venus, descubriendo que el principal componente de la atmósfera venusina era dióxido de carbono, un gas que contribuye al efecto invernadero. De pronto se diluyó la imagen idílica de Venus como mundo jurásico y se presentó la posibilidad de que fuese un mundo abrasado por un calor infernal y sin trazas de vida en la superficie. 

El inicio de la era espacial, con el lanzamiento del Sputnik 1, abrió una nueva etapa de oportunidades para la humanidad. En específico, los soviéticos desarrollaron un notable interés por Venus, planeta con el que la Tierra mantiene tantas similitudes. 

El poder central de la URSS autorizó el desarrollo de un programa de exploración a Venus, que sería conocido como programa Venera (que es el nombre en ruso de Venus) al mismo tiempo que desarrollaba el programa Lunik, donde rusos y americanos se tranzaban en una competencia feroz para dilucidar quien sería el primero en mandar una misión tripulada a la Luna.

La sonda Venera 1 sería el primer artefacto humano lanzado al espacio con la intención de alcanzar otro planeta. En comparación a las características de las modernas sondas, la Venera 1 nos parece un cacharro tosco y rudimentario, pero en su momento representó la vanguardia de la tecnología humana. Era un cuerpo cilíndrico con  una altura de 2,30 m y un diámetro de 1,50 m. El peso de la nave era de 643 kg que incluían el combustible de la sonda y todo su instrumental científico.

El desarrollo de las dos naves de la serie 1VA (Venera 1VA No1 y Venera 1VA No2 ) estuvo a cargo de la oficina OKB-1 de Serguéi Koroliov, el diseñador jefe y padre del programa espacial soviético. Venera 1 no fue concebida como un orbitador, esto es, no estaba planificado que la gravedad de Venus la capturase a su alrededor. Al principio se había considerado la posibilidad de añadir una pequeña cápsula que debía descender hacia el planeta, pero pronto la idea fue desechada. Venera 1 sería una sonda kamikaze, debía impactar al planeta, pero antes de morir se esperaba que recolectase suficientes datos de interés para despejar algunas de las numerosas incógnitas que rodeaban a la diosa del amor. Incorporó un motor KDU-414 Vernier para efectuar las necesarias correcciones de rumbo hasta su destino. Un sistema de orientación utilizaba el Sol y la brillante estrella Canopus para mantenerse en el rumbo correcto. Dos paneles solares, de 1,6 X 2 metros y una superficie total de 2 metros cuadrados, se extendían en forma radial desde el cuerpo principal y  suministrarían la energía necesaria. Fue presurizada con nitrógeno a un estándar de 1,2 atmósferas e incluía un sistema de persianas térmicas para mantener la temperatura a unos 30 °C.

El sistema de telemetría abordo fue construido por la oficina de diseño de Riazanskii. Una antena desplegable de alta ganancia de 2 metros de diámetro  operaría en la banda de los 8 - 32 cm. Una antena omnidireccional fue instalada en el extremo de un brazo de 2,4 metros de largo. Sería utilizada durante las operaciones cercanas a la Tierra en una longitud de onda de 1,6 metros.

Los instrumentos científicos que portaba la sonda incluían un magnetómetro, detector de micrometeoritos, trampa de iónes, dos contadores geyger, un espectrómetro y un contador Cherenkov.

La sonda Venera 1. Se distingue la antena desplegable de alta ganancia (mentallandscape.com).




No estaba previsto que esta sonda Venera fuese la primera en alcanzar el planeta Venus. Ese honor debía corresponderle a su sonda gemela Venera 1VA No1, que fue lanzada al espacio el 4 de febrero de 1961. Desgraciadamente, un fallo en la etapa superior del cohete Mólniya 8K78 provocó que la sonda no pudiese salir de la órbita terrestre baja. Sus restos terminarían por caer sobre Siberia el 26 de febrero, donde un niño recuperó el banderín que la nave portaba. El traspié de su hermana abrió una ventana de oportunidad para que nuestra sonda quedase con el trofeo en la carrera por Venus.

La Venera 1VA No2 fue lanzada al espacio el 12 de febrero de 1961, mediante un cohete Mólniya M desde el cosmódromo de Baikonur, en la actual Kazajstán. Despegó una semana después de su gemela, la Venera 1VA No1. Alcanzó una órbita terrestre baja de 229 x 282 kilómetros antes de iniciar el viaje de tres meses hasta su destino. A la sonda le esperaba un largo viaje y el control de misión no tenía experiencia (ni nadie) en misiones de larga duración. Solo existía un largo listado de cosas que podían salir mal y la conciencia de estar abriendo camino al marchar. 


Emblemas soviéticos transportados por la Venera 1. Fueron confeccionados en metal resistente a la corrosión (mentallandscape.com)


Los primeros dos envíos de datos a la Tierra por telemetría se produjeron el mismo día de lanzamiento, cuando la nave se encontraba a una distancia de 30.000 km y 170.000 km. Para ahorrar energía no se intentó ninguna  otra transmisión hasta el 17 de febrero, cuando la nave realizó su tercer y exitoso envío de información desde una distancia de 1.700.000 km de la Tierra, sin embargo, esto sería todo. Había muchas cosas que podían estropearse y efectivamente se estropearon. El control de la misión informó que el sistema de orientación solar se sobrecalentó y falló. El crucial sistema de persianas térmicas tampoco funcionó bien. Después del tercer envío de información los soviéticos perdieron contacto con su sonda, aunque los británicos comentan que su radiotelescopio de Jodrell Bank habría captado débiles señales de la sonda.

Entre el 19 y 20 de mayo, la sonda Venera 1, muda con respecto a la Tierra, pasó a unos 100.000 kilómetros de distancia de Venus, posteriormente entró en órbita alrededor del Sol, donde aún se mantiene. La misión fue catalogada como un fracaso (en relación a su objetivo principal de transmitir información sobre Venus) pero de todas formas realizó algunas contribuciones interesantes. Recabó datos sobre el comportamiento de la magnetopausa y el viento solar en las cercanías de la Tierra, además de confirmar que el viento solar (flujo de partículas proveniente del Sol) se distribuye en forma homogénea por el espacio interplanetario.

Se había dado un paso importante en la exploración de nuestro sistema solar. Los norteamericanos pondrían su parte del esfuerzo cuando la sonda Mariner 2 sobrevoló Marte en 1962 y se transformó en la primera sonda espacial que entregó datos relevantes sobre otro planeta. Los soviéticos no se desanimaron con el traspié y continuaron adelante con el programa Venera, que a la larga produciría notables éxitos.


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