lunes, 29 de agosto de 2016

Notición: Descubierto un nuevo planeta alrededor de Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol.


Es un gran acontecimiento, que duda cabe. Algunos amigos, viendo los noticiarios, me han preguntado mi opinión al respecto. Es la primera vez que personas sin relación ni afición por asuntos astronómicos me preguntan mi visión sobre el tema. Esto me ha servido como un indicador proxy para calibrar la importancia del acontecimiento, asi que he decidido escribir estas líneas para ayudar a poner las cosas en su real perspectiva.

Primero que todo: dos definiciones que se deben aprender claramente. Ambos nombres son parecidos, así que habrá que distinguirlos bien, de lo contrario, el artículo será un mar de confusiones:

Próxima Centauri: Es la estrella más cercana al Sol, a una distancia de "apenas" 4,2 años luz. Es la estrella en torno a la cuál orbita el exoplaneta Próxima b.

Próxima b: Es el nombre del exoplaneta descubierto.

Bien, se ha descubierto un exoplaneta alrededor de Próxima Centauri, que es la estrella más cercana a nuestro Sol, apenas a 4,2 años luz de distancia. El mérito del hallazgo le corresponde a un equipo de investigadores del ESO (Observatorio Europeo Austral) , específicamente del proyecto Pale red dot -parafraseo del recordado Carl Sagan-, una iniciativa que busca exoplanetas orbitando alrededor de Próxima Centauri. Le han bautizado Proxima b (¡originalidad de científicos!) y los análisis indican que está situado en la zona habitable alrededor de su estrella madre.

El planeta fue descubierto gracias al método de velocidad radial (o espectroscopía doppler). Para resumir: se detectaron cambios en la velocidad y dirección con que se mueve Próxima Centauri. Estas "perturbaciones" gravitacionales son minúsculas, pero permiten inferir la presencia de una masa, en este caso de un planeta, afectando el desplazamiento de la estrella.

Un punto importante es que la denominación oficial es "planeta candidato", porque el planeta no ha sido visto realmente y ha sido detectado gracias a métodos indirectos. Las posibilidades de que exista son muy altas, pero siempre quedará un elemento de incertidumbre que obliga a ir con cuidado en esto de los anuncios. Será "candidato" hasta que otros equipos de investigadores confirmen el descubrimiento con data independiente más allá de toda duda razonable.

Gracias a Dios por los dibujantes: concepción artística de la superficie de Próxima b. Sobre el horizonte del planeta brilla Próxima Centauri, enana roja a 4,2 años luz de nosotros (ESO)

Próxima b orbita a unos 7,5 millones de kilómetros de Próxima Centauri. Alguien pensará que al girar tan cerca de su estrella madre el planeta está achicharrado por un calor extremo, al estilo de Mercurio, pero debemos recordar que Próxima Centauri es mucho más pequeña y fria que nuestro Sol, con una temperatura que no supera los 3.000 K, en consecuencia, podemos arrimar la zona habitable bastante más cerca de su estrella.

Varios matices, el hecho de que esté ubicado en la "zona habitable" alrededor de su estrella no significa que el planeta "deba ser habitable" o que "contenga vida"... ubicarse en la zona habitable es un término bien complejo y engañoso, y en términos astronómicos solo significa que el planeta esta ubicado a una distancia tal de su estrella que es posible la existencia de agua líquida sobre su superficie, ni más ni menos. Este dato se considera importante, porque la presencia de agua líquida es fundamental para la evolución de la vida tal como nosotros la conocemos. Por supuesto, se podrían concebir organismos alienígenas que no requieran de agua en absoluto, pero nuestra experiencia en la Tierra nos indica que todas las formas de vida requieren la presencia de agua. Otra vez...cuidado, el hecho de que "pueda" existir agua líquida no implica que "deba" existir esa agua. 


Otra representación de Próxima b. No conocemos la duración de su día (ESO)

La masa del planeta candidato es como mínimo 1,3 veces la masa del planeta Tierra. Podría ser mayor, pero por ahora no hay más antecedentes pues para saber más tendríamos que conocer la inclinación de la órbita del planeta y este dato es desconocido. Por supuesto, Próxima b nos podría hacer el favor de transitar (cruzarse por el frente de) su estrella madre, paseito que permitiría deducir la inclinación de la órbita y por ende su masa real, pero el caso es que no lo ha hecho y las probabilidades de que lo haga son apenas de un 1%, en resumen, no entusiasmarse demasiado. 

Para conocer la inclinación de la órbita de Próxima b sería necesario que el planeta transitase por su estrella, pero las posibilidades de que lo haga son pocas.

Se ha calculado que su año dura apenas 11,2 días, pues la cercanía a su estrella le permite completar su órbita con rapidez. Ahora bien, no hay por ahora forma de calcular la duración de su día (rotación), pero muchos científicos creen que Próxima b presentará acoplamiento de marea con su estrella madre. Esto quiere decir que el planeta tendría una rotación síncrona y siempre presentaría la misma cara a su estrella. Su rotación estaría bloqueada y sus movimientos de traslación y rotación tendrían la misma duración. Es el mismo caso del sistema Tierra-Luna, donde nuestro satélite nos muestra siempre el mismo hemisferio. De esta posibilidad se podrían extraer varias consecuencias: Un hemisferio del planeta tendría un día perpetuo y el otro estaría sumergido en una eterna oscuridad. Ambos son casos extremos si pensamos en escenarios favorables para el desarrollo de la vida, pero quedaría una "franja crepuscular", separando el día de la noche, donde las temperaturas y las condiciones podrían ser mucho más óptimas, y es en esa franja donde debemos apostar nuestro dinero.

Uno de los problemas es la gran cantidad de radiación que el planeta debe recibir de su estrella madre. Póxima Centauri es una estrella fulgurante, una enana roja malhumorada que, de cuando en cuando, sufre violentos estallidos en todo el espectro electromagnético. Durante aquellos episodios el planeta debe recibir cantidades letales de rayos X. En la Tierra, la presencia de nuestra atmósfera nos protege de la radiación UV y el campo magnético generado por la rotación del núcleo desvía las partículas del viento solar. En el caso de Próxima b, desconocemos si tiene una atmósfera digna de ese nombre , o en caso de tenerla, que elementos la componen. Tampoco sabemos si existe un campo magnético análogo al nuestro, capaz de protegerlo del bombardeo asesino del viento solar.

De momento no hay como saber más y habrá que armarse de paciencia. Sobre todo, no entusiasmarse demasiado con aquello de "habitable", porque no quiere decir que exista vida...puede que si o puede que no. Perfectamente podría suceder que Próxima b sea un páramo infernal, sin trazas de vida en su superficie, pero en todo caso, al hablar de "vida" la mayoría de los científicos piensa en formas simples, unas humildes bacterias...si alguien imaginó ciudades futuristas y flotas estelares... no se puede descartar, pero creo que es ir demasiado lejos.

Tampoco hay que entusiasmarse mucho con la perspectiva de viajar hasta Próxima b. Las distancias siguen siendo enormes y la tecnología para tal travesía solo existe en power points y buenos deseos. Una nave estilo Voyager tardaría unos 70.000 años en llegar. En resumen...la noticia es sin duda un hito...un planeta orbitando en torno a la estrella más cercana a nuestro Sol, sugestivo sin duda, pero debemos poner las cosas en perspectiva y evitar la habitual exageración de los medios de comunicación.

Próxima Centauri a través del telescopio espacial Hubble.

Para finalizar, decir que Próxima Centauri, con magnitud aparente de 11,05 no es visible a simple vista. Todavía se discute si forma parte del sistema Alfa Centauri, en la familiar constelación del Centauro. En todo caso, desde la perspectiva del observador terrestre, ambos astros están codo a codo.



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