lunes, 29 de agosto de 2016

Notición: Descubierto un nuevo planeta alrededor de Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro Sol.


Es un gran acontecimiento, que duda cabe. Algunos amigos, viendo los noticiarios, me han preguntado mi opinión al respecto. Es la primera vez que personas sin relación ni afición por asuntos astronómicos me preguntan mi visión sobre el tema. Esto me ha servido como un indicador proxy para calibrar la importancia del acontecimiento, asi que he decidido escribir estas líneas para ayudar a poner las cosas en su real perspectiva.

Primero que todo: dos definiciones que se deben aprender claramente. Ambos nombres son parecidos, así que habrá que distinguirlos bien, de lo contrario, el artículo será un mar de confusiones:

Próxima Centauri: Es la estrella más cercana al Sol, a una distancia de "apenas" 4,2 años luz. Es la estrella en torno a la cuál orbita el exoplaneta Próxima b.

Próxima b: Es el nombre del exoplaneta descubierto.

Bien, se ha descubierto un exoplaneta alrededor de Próxima Centauri, que es la estrella más cercana a nuestro Sol, apenas a 4,2 años luz de distancia. El mérito del hallazgo le corresponde a un equipo de investigadores del ESO (Observatorio Europeo Austral) , específicamente del proyecto Pale red dot -parafraseo del recordado Carl Sagan-, una iniciativa que busca exoplanetas orbitando alrededor de Próxima Centauri. Le han bautizado Proxima b (¡originalidad de científicos!) y los análisis indican que está situado en la zona habitable alrededor de su estrella madre.

El planeta fue descubierto gracias al método de velocidad radial (o espectroscopía doppler). Para resumir: se detectaron cambios en la velocidad y dirección con que se mueve Próxima Centauri. Estas "perturbaciones" gravitacionales son minúsculas, pero permiten inferir la presencia de una masa, en este caso de un planeta, afectando el desplazamiento de la estrella.

Un punto importante es que la denominación oficial es "planeta candidato", porque el planeta no ha sido visto realmente y ha sido detectado gracias a métodos indirectos. Las posibilidades de que exista son muy altas, pero siempre quedará un elemento de incertidumbre que obliga a ir con cuidado en esto de los anuncios. Será "candidato" hasta que otros equipos de investigadores confirmen el descubrimiento con data independiente más allá de toda duda razonable.

Gracias a Dios por los dibujantes: concepción artística de la superficie de Próxima b. Sobre el horizonte del planeta brilla Próxima Centauri, enana roja a 4,2 años luz de nosotros (ESO)

Próxima b orbita a unos 7,5 millones de kilómetros de Próxima Centauri. Alguien pensará que al girar tan cerca de su estrella madre el planeta está achicharrado por un calor extremo, al estilo de Mercurio, pero debemos recordar que Próxima Centauri es mucho más pequeña y fria que nuestro Sol, con una temperatura que no supera los 3.000 K, en consecuencia, podemos arrimar la zona habitable bastante más cerca de su estrella.

Varios matices, el hecho de que esté ubicado en la "zona habitable" alrededor de su estrella no significa que el planeta "deba ser habitable" o que "contenga vida"... ubicarse en la zona habitable es un término bien complejo y engañoso, y en términos astronómicos solo significa que el planeta esta ubicado a una distancia tal de su estrella que es posible la existencia de agua líquida sobre su superficie, ni más ni menos. Este dato se considera importante, porque la presencia de agua líquida es fundamental para la evolución de la vida tal como nosotros la conocemos. Por supuesto, se podrían concebir organismos alienígenas que no requieran de agua en absoluto, pero nuestra experiencia en la Tierra nos indica que todas las formas de vida requieren la presencia de agua. Otra vez...cuidado, el hecho de que "pueda" existir agua líquida no implica que "deba" existir esa agua. 


Otra representación de Próxima b. No conocemos la duración de su día (ESO)

La masa del planeta candidato es como mínimo 1,3 veces la masa del planeta Tierra. Podría ser mayor, pero por ahora no hay más antecedentes pues para saber más tendríamos que conocer la inclinación de la órbita del planeta y este dato es desconocido. Por supuesto, Próxima b nos podría hacer el favor de transitar (cruzarse por el frente de) su estrella madre, paseito que permitiría deducir la inclinación de la órbita y por ende su masa real, pero el caso es que no lo ha hecho y las probabilidades de que lo haga son apenas de un 1%, en resumen, no entusiasmarse demasiado. 

Para conocer la inclinación de la órbita de Próxima b sería necesario que el planeta transitase por su estrella, pero las posibilidades de que lo haga son pocas.

Se ha calculado que su año dura apenas 11,2 días, pues la cercanía a su estrella le permite completar su órbita con rapidez. Ahora bien, no hay por ahora forma de calcular la duración de su día (rotación), pero muchos científicos creen que Próxima b presentará acoplamiento de marea con su estrella madre. Esto quiere decir que el planeta tendría una rotación síncrona y siempre presentaría la misma cara a su estrella. Su rotación estaría bloqueada y sus movimientos de traslación y rotación tendrían la misma duración. Es el mismo caso del sistema Tierra-Luna, donde nuestro satélite nos muestra siempre el mismo hemisferio. De esta posibilidad se podrían extraer varias consecuencias: Un hemisferio del planeta tendría un día perpetuo y el otro estaría sumergido en una eterna oscuridad. Ambos son casos extremos si pensamos en escenarios favorables para el desarrollo de la vida, pero quedaría una "franja crepuscular", separando el día de la noche, donde las temperaturas y las condiciones podrían ser mucho más óptimas, y es en esa franja donde debemos apostar nuestro dinero.

Uno de los problemas es la gran cantidad de radiación que el planeta debe recibir de su estrella madre. Póxima Centauri es una estrella fulgurante, una enana roja malhumorada que, de cuando en cuando, sufre violentos estallidos en todo el espectro electromagnético. Durante aquellos episodios el planeta debe recibir cantidades letales de rayos X. En la Tierra, la presencia de nuestra atmósfera nos protege de la radiación UV y el campo magnético generado por la rotación del núcleo desvía las partículas del viento solar. En el caso de Próxima b, desconocemos si tiene una atmósfera digna de ese nombre , o en caso de tenerla, que elementos la componen. Tampoco sabemos si existe un campo magnético análogo al nuestro, capaz de protegerlo del bombardeo asesino del viento solar.

De momento no hay como saber más y habrá que armarse de paciencia. Sobre todo, no entusiasmarse demasiado con aquello de "habitable", porque no quiere decir que exista vida...puede que si o puede que no. Perfectamente podría suceder que Próxima b sea un páramo infernal, sin trazas de vida en su superficie, pero en todo caso, al hablar de "vida" la mayoría de los científicos piensa en formas simples, unas humildes bacterias...si alguien imaginó ciudades futuristas y flotas estelares... no se puede descartar, pero creo que es ir demasiado lejos.

Tampoco hay que entusiasmarse mucho con la perspectiva de viajar hasta Próxima b. Las distancias siguen siendo enormes y la tecnología para tal travesía solo existe en power points y buenos deseos. Una nave estilo Voyager tardaría unos 70.000 años en llegar. En resumen...la noticia es sin duda un hito...un planeta orbitando en torno a la estrella más cercana a nuestro Sol, sugestivo sin duda, pero debemos poner las cosas en perspectiva y evitar la habitual exageración de los medios de comunicación.

Próxima Centauri a través del telescopio espacial Hubble.

Para finalizar, decir que Próxima Centauri, con magnitud aparente de 11,05 no es visible a simple vista. Todavía se discute si forma parte del sistema Alfa Centauri, en la familiar constelación del Centauro. En todo caso, desde la perspectiva del observador terrestre, ambos astros están codo a codo.



viernes, 26 de agosto de 2016

Sirio, la estrella más brillante del cielo nocturno


Sirio (Alfa Canis Majoris) es la estrella más brillante que podemos ver a simple vista en el cielo nocturno y la séptima más cercana a nuestro sistema solar. A una distancia de 8,6 años luz, podríamos decir que, en términos estelares, está a "la vuelta de la esquina" en comparación a los enormes abismos que nos separan de otros cuerpos celestes. 


La constelación del Can Mayor y sus principales estrellas



Pese a su extraordinario brillo, Sirio A no es una estrella de gran tamaño.

En realidad, Sirio es un sistema binario, es decir, está formado por dos estrellas que gravitan en torno a un centro de gravedad común con un período de 50 años. Sirio A es la componente más grande y brillante del sistema, pues Sirio B -su compañera- es una enana blanca del mismo tamaño que la Tierra pero con 1/5 de la masa de nuestro Sol. Sirio B recibe el coloquial apodo del "cachorro" para distinguirla de la estrella principal y "madura" de la constelación. Respecto a magnitudes, Sirio A es unas 10.000 veces más brillante que su compañera enana. Ambos astros están separadas por una distancia promedio de unas 20 UA (Unidades Astronómicas), equivalente a la existente entre nuestro Sol y el planeta Urano. Para un observador terrestre, esta separación se traduce en un máximo de apenas doce segundos de arco, por tanto, es imposible distinguir a Sirio B a simple vista, pues queda anulada por el intenso fulgor de su compañera. Frederich Bessel, reputado astrónomo prusiano (fue el primero en utilizar el método de la paralaje, calculando la distancia a a la estrella 61 Cyg) sospechó de su existencia ya en 1844, al comprobar que la órbita de Sirio A se veía alterada en forma anómala, pero hubo que esperar hasta 1862, cuando el astrónomo estadounidense Alvan Graham logró avistar a Sirio B en forma totalmente casual.


Sirio A y B (NASA)

Es interesante mencionar que algunos creen que el sistema debe contener un tercer integrante: la hipotética Sirio C, que sería la única forma de explicar ciertas irregularidades orbitales del sistema Sirio. Se han realizado pesquisas, pero sin resultados positivos hasta ahora.

Sirio A, la componente principal, tiene una magnitud aparente de -1,43 y es la estrella más brillante que podemos contemplar en el cielo nocturno a excepción de la Luna, los planetas Venus, Júpiter y algunas ocasiones en que también Marte resulta ser más brillante. Su diámetro es un 70% más grande que nuestro Sol y es unas 25 veces más brillante, razón que contribuye (junto a su cercanía) a explicar porqué la vemos tan deslumbrante en el cielo nocturno. En términos de clasificación, Sirio A es una estrella típica de la secuencia principal (todavía utiliza hidrógeno como combustible principal) tipo A1V1, de un característico brillo blanco y una masa dos veces superior a nuestro Sol. Su temperatura en superficie ronda los 9.900 K, fría si la comparamos con la estrella Spica, que está a 20.000 K, pero bastante más caliente que nuestro Sol (a 5.700 K) o Aldebarán (a 3.000 K)

Sirio A rota sobre su eje con paso relajado: apenas 16 km/s, una baja velocidad en términos comparativos, por lo cuál su disco no presenta achatamientos hacia los polos. Según los cálculos, Sirio se está aproximando a nosotros y dentro de unos 60.000 años estará a unos 7,8 años luz, tan cerca, que su magnitud aparente será de -1,68, pero a partir de ese punto cambiará de rumbo y se alejará del sistema solar.

Sirio A y B rotan en torno a un punto de gravedad común en un período de 50 años. La órbita es una elipse bastante pronunciada (excéntrica) y durante el periapsis, que es el período de máximo acercamiento entre los dos astros, se reduce a unos 1.200 millones de kilometros, similar a la distancia que separa al Sol del planeta Saturno. Durante el máximo alejamiento -apoapsis- sube a unos 5.000 millones de kilómetros,


Del programa Celestia: La enana Sirio B brilla en primer plano a la izquierda, mientras divisamos el fulgor de Sirio A a la derecha, a unos 4.000  millones de km de distancia

Se ha calculado una edad de 300 millones de años para el sistema de Sirio, y se proyecta que brillará en  su forma actual por otros 1.000 millones de años más. En ese momento Sirio A, al ser más grande y caliente que el Sol, agotará sus reservas de hidrógeno y se convertirá en una gigante roja como en algún momento lo fue su fenecida compañera Sirio B. Nuestro Sol, con una edad de unos 5.000 millones de años, es unas 16 veces más viejo y todavía le queda cuerda  (otros 5.000 millones) para mucho rato más.


Comparación de tamaños entre Sirio B y nuestro planeta. Sirio B es un cádaver estelar, una estrella que ya salió de la secuencia principal, muy pequeña, pero caliente y densa.


Tan conspicua, Sirio  es fácilmente ubicable en el cielo nocturno, gracias a su fulgor deslumbrante. Sus coordenadas son A.R. 06h, 45m 0,89s DEC -16° 42' 58,017". Es visible para la mayoría de la población mundial y su acceso solo queda restringido a latitudes superiores a los +73°, donde, debido a la curvatura de la Tierra, nunca la ven alzarse sobre el horizonte. En contraste, en el hemisferio sur es circumpolar a partir de los -73°, lo que significa que nunca se hunde en el horizonte y es visible en cualquier época del año.

Sirio es una astro típico del verano del hemisferio austral. Durante los meses de Diciembre - Febrero es visible durante casi toda la noche, siguiendo con vigoroso paso la nocturna marcha de Orión el cazador. Durante los meses de invierno sólo es visible durante breves intervalos al atardecer o se hace presente a altas horas de la noche. 

La mayoría de quienes comienzan a  interesarse en la astronomía realizan sus primeras observaciones durante el verano, que es cuando las condiciones son óptimas. Yo hice lo mismo y mis primeras "salidas a terreno" estuvieron orientadas por dos faros: la constelación de Orión y el intenso brillo de Sirio. Para los interesados, dejo dos métodos que permiten localizar fácilmente a Sirio en la bóveda celeste:

1) Ubicar la inconfundible constelación de Orión. Fijarse en su cinturón (las populares tres Marías) y prolongar desde ahí una línea imaginaria que  llegará hasta Sirio




2) Divisar el triángulo formado por los astros Betelgeuse, Proción y Sirio. La más brillante de las tres es nuestra estrella.





sábado, 20 de agosto de 2016

Que bonita vecindad: el Grupo Local de Galaxias


Como tantos conceptos astronómicos, la noción de que las galaxias se agrupan en enjambres ligados por la fuerza de gravedad es una idea relativamente reciente. Hasta la década de 1920 se creía que solo existía una galaxia, la nuestra, que cobijaba en su seno todo el material visible del universo. A los astrónomos del período les parecía que todas las galaxias que podían ver a través de sus telescopios eran nebulosas o cúmulos pertenecientes a la propia Vía Láctea, de hecho, utilizaban la expresión "cúmulos espirales" para las galaxias espirales y contabilizaban a las galaxias irregulares como simples cúmulos globulares. Edwin Hubble sepultó esta idea, demostrando que la Vía Láctea es una más entre incontables miríadas de galaxias y el hombre perdió toda pretensión de ocupar una posición especial en el cosmos.

Se progresó velozmente y se descubrió que nuestra galaxia estaba unida por la gravedad a un conjunto de galaxias ubicadas en su periferia, entre ellas la gigante Andrómeda y una docena de otras galaxias más pequeñas. Pronto fue evidente que estas galaxias giraban en torno a un centro de gravedad común y el astrónomo alemán Walter Baade habría sido el primero en utilizar la expresión Grupo Local para denominar a todo el conjunto

El Grupo Local tiene un diámetro estimado de unos 10 millones de años luz, pero este dato varía enormemente según la fuente consultada. El número de integrantes ha ido aumentando, a medida que más miembros son descubiertos y sumados a esta vecindad estelar. En 1970 solo se conocía unas 18, al día de hoy se habla de unos 50 integrantes (casi todos los años se suman nuevos vecinos).


Representación tridimensional del Grupo Local con los componentes más importantes en color amarillo: La Vía Láctea, Andrómeda y la galaxia del Triángulo.
Contiene tres galaxias principales, todas de tipo espiral: Galaxia de Andrómeda, Galaxia del Trángulo y nuestra Vía Láctea. El resto son galaxias satélites, enanas e irregulares que orbitan alrededor de estas tres mayores. El centro de gravedad de todo el Grupo está situado entre las galaxias de Andrómeda y la Vía Láctea.

A continuación les dejo un listado de las galaxias pertenecientes al Grupo Local. No hay certeza de algunos datos, por ejemplo, no se sabe si algunas son realmente miembros del Grupo Local, o en caso de serlo, hay dudas sobre a que sistema pertenecen. 

Andrómeda (M31)
Andrómeda I
Andrómeda II
Andrómeda III
Andrómeda IV
Andrómeda V
Andrómeda VI
Andrómeda VII
Enana de Pegaso
NGC 147
NGC 185
M32 (NGC 221)
M110 (NGC 205)
IC 10 (?)
IC 1613 (?)
WLM (?)

Sistema de la Vía Láctea:
Gran Nube de Magallanes (visible a simple vista)
Pequeña Nube de Magallanes (visible a simple vista)
Leo I
Leo II
Leo IV
Leo V
Leo T
Enana de Carina 
Enana de Sextans
Enana de Draco
Enana de la Osa Menor
Enana elíptica de Sagitario
Enana del Can Mayor (a 25.000 años luz, galaxia más cercana a la nuestra)
Enana del Sculptor
Enana de Fornax
Enana del Fénix (?)
Enana del Boyero
Enana de Hercules
Canes Venatici I
Boyero II
Boyero III
Coma Berenices
Piscis II
Reticulum II
Segue II
Tucana II
Eridanus II
Grus

Sistema de la Galaxia del Triángulo
Enana de Piscis

Sistema de NGC 3109
Sextans A
Sextans B
Enana de Antlia

Miembros aislados del Grupo Local (pertenecen al Grupo, pero no son satélites de ningún sistema)
Enana de Tucana
Enana de la Ballena
Enana de Acuario
Enana irregular de Sagitario (la más distante de nosotros, a unos 4, 2 millones de años luz)
KKS 3
NGC 6822
Leo A

Voy a describir los componentes más importantes del Grupo Local, sin incluir a nuestra galaxia, que por derecho merece una entrada aparte.

Andrómeda, también conocida como M31 (objeto Messier 31) o NGC 224 (New General Catalogue 224)  es la galaxia más grande del Grupo Local. Situada en la constelación de Andrómeda, a unos 2,5 millones de años luz de nosotros, es una galaxia espiral visible a simple vista, de hecho, es el objeto más lejano que podemos ver a ojo desnudo. En las noches despejadas aparece como una tenue mancha de luz sobre la negrura del firmamento, pero un telescopio de mediana capacidad nos permitirá discernir algunos detalles. Andrómeda mide unos 200.000 años luz de diámetro, en contraposición, nuestra galaxia mide unos 100.000 A.L. 


Imagen del programa Celestia: tres integrantes del Grupo Local, Andrómeda (a la izquierda), M110 (al medio) y nuestra Vía Lactea, a la derecha.


Ya sabemos que en el universo no existe la quietud o el reposo absoluto. Las galaxias -siguiendo la expansión del universo- se alejan unas de otras a distintas velocidades, pero la galaxia de Andrómeda se acerca a la Vía Láctea a una velocidad de 500.000 km/h, y en algún momento, dentro de unos 3.000 millones de años, ambas galaxias colisionarán, fusionándose para formar una súper galaxia elíptica. El video que anexo abajo es una bonita representación de lo que ocurrirá en los cielos cuando llegue ese lejano momento.

Las coordenadas de M31 son  AR 00h 42' 44,3" Dec +41° 16' 09"


M31, La galaxia de Andrómeda.




La Galaxia del Trángulo, M33 (objeto Messier 33) es una hermosa galaxia espiral situada a unos 2,8 millones de años luz. Ubicada en la constelación del Triángulo, es la tercera más grande del Grupo Local y tiene un diámetro de 50.000 años luz, aproximadamente la mitad de la nuestra.

Sus coordenadas son AR 01h 33' 50,9" Dec +30° 39' 37"


M33, la Galaxia del Trángulo, es la tercera más importante del Grupo Local


Las Nubes de Magallanes merecen también un párrafo aparte. Son dos galaxias enanas perfectamente visibles a simple vista desde el hemisferio austral, y son galaxias satélites de la nuestra. Deben su nombre al navegante portugués Hernando de Magallanes, que las avistó durante su viaje de exploración por los mares del hemisferio sur. La más grande, llamada "Gran nube de Magallanes" o "Nube principal de Magallanes" es una espiral barrada ubicada a unos 165.000 años luz y un telescopio de mediana capacidad nos permitirá resolver muchos de sus detalles. En 1987 una de sus estrellas explotó como supernova, la recordada 1987A, descubierta por Ian Shelton y Oscar Duhalde desde el observatorio de las Campanas en Chile. 1987A fue la supernova mas potente registrada a simple vista desde la supernova de 1604, dando un magnifico espectáculo de poder estelar.

Su hermana menor, La "Pequeña Nube de Magallanes", es una galaxia irregular ubicada a unos 200.000 años luz de distancia. Se encuentra entre las constelaciones de Tucán y la Hidra y es mucho más pequeña que nuestra galaxia, pues solo contiene unos cientos de millones de estrellas.

Desde la latitud de la ciudad de Temuco, (-38°) donde escribe este servidor, ambas galaxias son circumpolares, es decir, jamas se ocultan por el horizonte, pudiéndose observar durante todo el año.


Ambas nubes de Magallanes, a la izquierda de la fotografía. En el fondo el río lechoso de la Vía Láctea.

Situación del Grupo Local y los grupos vecinos.


Por último, agregar que nuestro Grupo Local es un humilde ladrillo más dentro del enorme entramado del universo conocido. Los grupos de galaxias como el nuestro se agrupan en cúmulos -enormes estructuras de miles de galaxias- que a su vez componen los supercúmulos. El Grupo Local pertenece al Cúmulo de Virgo, un conglomerado de unas 2.000 galaxias que está inserto en el Supercúmulo de Virgo, una megaestructura de unas 10.000 galaxias. Estos supercúmulos forman los filamentos, de quienes hablaremos en una entrada posterior, pero desde ya decimos que estos filamentos son los trazos de Dios dibujando el cosmos, las estructuras más grandes que el hombre ha podido reconocer.





viernes, 5 de agosto de 2016

El turbulento corazón de nuestra galaxia


El turbulento corazón de nuestra Galaxia.



La Vía Láctea es una construcción enorme, formada por 200.000 millones de estrellas que la convierten (junto a la galaxia de Andrómeda) en una de las estructuras más grandes del llamado Grupo Local de galaxias. Tiene la forma de un CD, un disco plano y abultado en el centro, con unos 100.000 años luz de largo y unos 1.000 años luz de ancho. 

La mayoría de nosotros, seamos aficionados o ciudadanos de a pie, hemos visto representaciones de la Vía Láctea, esa especie de remolino nuboso que se organiza alrededor de un luminoso bulbo central. Esa brillante zona es el centro, el corazón de nuestra galaxia

Todas las estructuras de la galaxia giran en torno a este centro de gravedad, con distintas velocidades y diferentes rutas. Nuestro Sol completa una vuelta alrededor del centro galáctico en 225 millones de años, período que se conoce como año galáctico.


Una galaxia espiral típica: se vislumbran los brazos y el corazón luminoso y denso del centro galáctico. Nuestra Vía Láctea tiene  un aspecto similar.

El centro de la galaxia mide unos 900 años luz de largo por 700 de ancho, con abundancia de estrellas masivas y estrellas rojas viviendo su vejez estelar. Es un sector abarrotado, denso, lleno de estrellas y enormes nubes de polvo, ajetreado como el centro de comercios de una importante ciudad. 

Para que nos hagamos una idea: el centro galáctico es tan rico en estrellas, que si nuestro planeta estuviese situado en el centro de la galaxia el cielo nocturno contendría un millón de astros visibles a simple vista (aquí solo podemos contar unas tres mil), y el brillo de su luz sería tal que la noche no existiría y viviríamos en un día perpetuo.

Nosotros no podríamos existir en este congestionado barrio: la cantidad de radiaciones cósmicas sería letal, sin mencionar los peligros de colisiones y la posibilidad de que alguna inoportuna supernova barriese con nuestro planeta. Nuestra situación a unos 26.000 años luz del centro galáctico, en un barrio tranquilo y remoto, ofrece mejores posibilidades para la supervivencia de nuestra civilización. 


File:Laser Towards Milky Ways Centre.jpg
Observatorio de Cerro Paranal: un rayo láser es apuntado hacia el sector del centro galáctico, oculto tras una densa cortina de nubes de gas y polvo.

Lo interesante es que el centro de la galaxia, con todo su caos y espectacularidad, es una región invisible a simple vista. Está velado por grandes nubes de gas y polvo opacos que oscurecen la visión del disco en el espectro visible. La cantidad de polvo en nuestra galaxia es tal que absorbe la mayor parte de la luz emitida por las estrellas, como la metáfora de los árboles que no nos dejan ver el bosque.  Habría sido imposible deducir muchas cosas si solo contásemos con el auxilio de la astronomía óptica y gran cantidad de información se la debemos a los radiotelescopios. En consecuencia, la mayoría de los estudios se han realizado gracias a la emisión de rayos gamma, infrarrojos y ondas de radio que provienen del centro galáctico.


La cruz marca el centro de nuestra galaxia, entre las constelaciones de Escorpión, Sagitario y Ofiuco. Es la ubicación de un monstruoso e invisible agujero negro.


Uno de los descubrimientos más interesantes es que en el centro de nuestra galaxia existe un monstruoso agujero negro llamado Sagitario A (se abrevia Sgr A* y se lee "estrella sagitario A") con una masa que es cuatro millones de veces superior a la del Sol. Su existencia era sospechada desde 1974, pero habría sido confirmada ("más allá de toda duda razonable") por científicos alemanes en Diciembre de 2008, gracias a telescopios ubicados en el norte de Chile.

Los agujeros negros son objetos fantásticos e invisibles, pero Sagitario A es una poderosa fuente de ondas de radio y genera trastornos gravitatorios entre las estrellas cercanas que nos permiten inferir su existencia. 

Hace eones, Sagitario A fue una estrella que explotó como supernova y se colapsó en un agujero negro que devora el material que cae dentro de su esfera de influencia. Es una bestia que desayuna nubes de hidrógeno por la mañana y cena estrellas por la noche, completando un giro sobre su eje en unos 10 minutos. Su descomunal fuerza de atracción captura enjambres de estrellas y las pone a danzar a su alrededor, generando fenómenos que podemos observar desde la Tierra. Todo lo que se acerca demasiado al agujero negro y traspasa su "horizonte de sucesos" es absorbido por este monstruo de densidad infinita, del cuál ni siquiera la luz puede escapar. El material que se precipita dentro del agujero negro se calienta a temperaturas extremas, cuando esto sucede, emite intensas ondas de radio y en el infrarrojo que nos permiten precisar su ubicación.


Interesante video: el corazón invisible de nuestra galaxia y el insaciable agujero negro que lo habita.


El centro exacto de la galaxia (que coincide con la ubicación de Sgr A*) está ubicado entre las constelaciones de Escorpión, Sagitario y Ofiuco. Sus coordenadas son: AR 17h 45m 40.045, Dec -29° 00' 28.1". Toda la región es invisible debido a la presencia de enormes cantidades de polvo y gas que lo ocultan a nuestra vista, no obstante, la dirección que señala el centro galáctico es densa en estrellas y contiene interesantes objetos de espacio profundo. El invierno austral nos brinda el privilegio de mostrar la banda central de nuestra galaxia alta sobre el horizonte, una condición especialmente valiosa para los astrofotógrafos.


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