domingo, 17 de septiembre de 2017

El adiós de Cassini


El 15 de Septiembre, la sonda de exploración Cassini se hundió en la atmósfera del planeta Saturno, colocando punto final a una de las expediciones científicas más exitosas de la humanidad. La nave exploró durante 13 años al señor de los anillos y su sistema de lunas, cosechando enormes éxitos que han ampliado de manera considerable nuestro conocimiento de aquellos alejados rincones del sistema solar.


Concepción artística: la sonda espacial Cassini se desintegra sobre la atmósfera de Saturno (NASA-JPL-Caltech).


Estaba decidido de antemano que Cassini tendría este final dramático. Los hallazgos en Titán y Encélado han abierto la posibilidad de que, bajo la gruesa capa de hielo superficial de ambas lunas, se agiten enormes océanos subterráneos que podrían albergar microorganismos extraterrestres. El protocolo de protección planetaria establece que debía eliminarse toda posibilidad de que Cassini (ya sin combustible para maniobrar) contaminase ambas lunas con microbios terrestres, y la mejor solución era incinerar la sonda sobre la atmósfera de Saturno.

El Gran Final de Cassini comenzó el 22 de abril, cuando la sonda realizó un sobrevuelo a 1.000 kilómetros de Titán. El propósito era cobrar el impulso gravitatorio necesario para corregir su trayectoria y dar inicio a 22 órbitas que la llevaron a cruzar por el espacio existente entre el planeta y su sistema de anillos. La disposición de estas órbitas permitió llevar a cabo un análisis cuidadoso de la masa real del sistema de anillos, amén de obtener datos que valen oro sobre la composición interna del gigante saturnino y su magnetósfera. Terminada la órbita 22 se produciría la órbita kamikaze.



En azul, las 22 órbitas del Gran Final de Cassini.


El 15 de septiembre de 2017, Cassini se sumergió a toda velocidad sobre la capa superior de nubes de Saturno. Estaba previsto que la sonda trasmitiese sus datos durante el mayor tiempo posible y esto requería mantener abierta la comunicación con nuestro planeta. Para lograr esto Cassini debió encender su propulsor para apuntar su antena de alta ganancia hacia la Tierra y contrarrestar las brutales fuerzas de fricción con la atmósfera de Saturno. Pero esta opción tenía sus límites. Poco después la sonda perdió control y comenzó a rotar incontroladamente mientras caía velozmente sobre Saturno. Algunos segundos después la sonda fue desintegrada y se transformó en una estrella fugaz... una insospechada mensajera de la humanidad a 1.400 millones de kilómetros de su planeta madre.

La zambullida kamikaze no ha dejado imágenes. Era imposible transmitirlas con la rapidez requerida hacia la Tierra, además, para fotos Cassini ya nos dejó satisfechos, ahora había que emplear todos los recursos de la sonda en captar la mayor cantidad posible de datos sobre la atmósfera del planeta, tal como la sonda Galileo hizo con Júpiter en su momento. Durante sus últimos segundos Cassini recolectó valiosa información sobre la magnetósfera, temperaturas reinantes y la composición interna de Saturno.

La desintegración de Cassini tuvo que ocurrir a unos 1.500 kilómetros de altura sobre la capa superficial de nubes de Saturno, a unos 10° sobre el ecuador. La señal de telemetría de la sonda se interrumpió a las 11:55 GMT, confirmación oficial del fin de la misión. Por supuesto, el control de la misión (pese al dramatismo de aquellas horas) sabía que no registraba la muerte de la sonda en tiempo real. Debido a la enorme distancia que nos separa de Saturno la transmisión de datos desde Cassini tenía un desface de 83 minutos, es decir, cuando se registró el cese de comunicaciones de Cassini lo cierto es que la sonda ya tenía minuto y fracción de "fallecida" sobre el gigante de gas. 

La esperada  trayectoria de Cassini, cayendo sobre Saturno. Los círculos son marcas de posición cada diez segundos (NASA/JPL).


Ultima imagen de Saturno captada por Cassini el 14 de septiembre, a una distancia de 634.000 kilómetros. Es el sector elegido para zambullir la sonda. Es de noche, pero la luz reflejada por los anillos brinda iluminación (NASA/JPL).



La emoción en el control de la misión. (NASA/JPL).


La sonda Cassini fue un producto conjunto de 27 naciones (aunque la mayoría del público la asocia de forma injusta exclusivamente con la NASA). Despegó de la Tierra el 15 de octubre de 1997 abordo de un cohete Titán IV con rumbo al sexto planeta del sistema solar. Con un coste de 3.900 millones de dólares fue la sonda más cara construida por la NASA y también la más pesada: al momento del despegue la masa de la sonda era de 3860 kilogramos.

Ahora Cassini es un capítulo más de la aventura humana por el sistema solar exterior. Sin duda que la sonda costó un ojo de la cara, pero es difícil concebir una cantidad de dinero que haya producido tantos réditos para la humanidad como conjunto. En sus 13 años de investigación efectuó 294 órbitas alrededor del planeta Saturno y otros 162 sobrevuelos sobre sus lunas. La misión produjo unos 625 GB de datos y captó unas 450.000 imágenes de Saturno y su cohorte de satélites. En mi opinión algunas de estas imágenes son los productos más notables que nos pudo heredad la sonda y se han transformado en verdaderos iconos de nuestra era tecnológica...¿quién no ha visto alguna vez los anillos de Saturno a contraluz?...¿quién no recuerda las imágenes a toda resolución del sistema de anillos?....¿cómo olvidar los géiseres de Encélado levantándose a cientos de kilómetros de altura sobre la superficie de la luna helada?, ¿los lagos y mares de metano de Titán captados por Huygens?... publicamos algunas de nuestras favoritas aquí.

El problema es que Cassini nos deja su puesto sin relevo. No hay de momento una misión para explorar los fabulosos hallazgos reportados por la sonda. Posiblemente la vida se agite en las oscuras aguas subterráneas de Encélado y Titán, pero no lo sabremos hasta un par de décadas más, y eso en el caso más optimista. Una misión a Neptuno y Urano -objetivos de importancia fundamental para la comunidad científica- es por ahora un esqueleto sin mucha carne. Nos queda Europa, la prometedora luna de Júpiter, pero una misión que logre "olfatear" los probables géiseres que se levantan sobre la superficie no pasa de estar en  fase de power point.

De todas formas Cassini nos dejó la mesa servida y la comunidad científica tardará un tiempo en procesar el banquete. La enorme extensión de datos debe transformarse en información útil y este proceso tardará años. Por ahora se han publicado unos 4.000 estudios gracias a los descubrimientos de Cassini y no cabe duda que ese número se incrementará. Aunque la sonda ya no esté, tendremos Cassini para mucho tiempo más.

Visiten la página de NASA con información sobre el gran final de Cassini. Fotos para regodearse.



La impresionante hoja de servicios de Cassini, ¿puede haber dinero mejor gastado? (NASA/JPL)




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